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29 jul 2021
El verano ha llegado y con él los días más largos y con más horas de sol. En esta época del año debemos tener especial cuidado con los rayos solares, sobre todo porque nuestra sensibilidad solar está más presente que en otros años debido a la situación que hemos vivido con la COVID-19, que nos ha obligado todo este tiempo a pasar más horas en casa que al aire libre.
Por tanto, al igual que evitamos las quemaduras e insolaciones con protectores solares y cremas, lo mismo deberíamos hacer con nuestros ojos. Y es que estos son el centro neurálgico del sentido de la vista. No debemos olvidar que la potencia de los rayos UV es mucho mayor en esta estación, a lo que acompaña que el tiempo que pasamos al aire libre aumenta y, por ende, la exposición al astro rey.
Y es que, si el tiempo que pasamos expuestos a este es excesivo, podría llegar a provocarnos efectos nocivos en la vista, derivando en serias patologías. La inflamación de la córnea, también conocida como queratitis, pinguéculas (crecimientos anormales benignos de la conjuntiva) o, en los casos más graves, llegar a favorecer la aparición de cataratas. A esto se le suma la tendencia de ojo seco en verano, debido a la presencia de ambientes menos húmedos o la radiación ultravioleta.
Desde Revisa tu Visión queremos contribuir a que disfrutes del sol y de todas las refrescantes actividades que puedes llevar a cabo durante las vacaciones estivales sin poner en peligro tu salud visual. Por ello, te facilitamos una serie de consejos para que esto no ocurra.
Cuidado con el cloro
Las piscinas son una de las mejores formas de paliar las altas temperaturas, pero estas suponen un arma de doble filo. El cloro actúa como desinfectante, ya que es un agente imprescindible para mantener la salubridad de las piscinas. Sin embargo, un exceso del mismo puede ser perjudicial para los ojos, ya que llegan a causar enrojecimientos o irritaciones oculares.
A esto se le suma que, en las piscinas, el riesgo de contraer conjuntivitis y otras infecciones oculares aumenta. Por todo esto, te sugerimos que utilices siempre que puedas gafas de buceo que aíslen el ojo herméticamente.
Evita la exposición directa al sol
En la temporada estival el sol está más cerca de la tierra y por tanto quema más. Por ello, la protección debe ser continua, haciendo hincapié en el intervalo desde las once de la mañana a las cinco de la tarde. De esta forma, evitarás posibles daños en tus ojos o el sufrimiento de quemaduras en la piel.
Utiliza gafas de sol homologadas
Proteger tus ojos con gafas no avaladas puede suponer un riesgo incluso mayor que no utilizar ningún tipo de protección. Asegúrate de adquirirlas en un centro sanitario de óptica y que te protejan de los rayos UV al 100 %. Como sugerencia, te animamos a hacer con unas lentes polarizadas que eliminen los reflejos y harán que te sientas más cómodo llevándolas. Las lentes espejadas también pueden contribuir a disminuir la intensidad de la luz estival.
Utiliza sombrero
Este complemento es ideal para combinarlos con gafas de sol. Aunque las lentes te protegen de los rayos UV, es cierto que siempre puede quedar un hueco por donde estos entren. De esta forma, contaremos con una sombra permanente en el campo de visión que minimizará el impacto de la luz y el riesgo de sufrir una insolación se reducirá.
Mantén tus ojos hidratados
Como ya hemos mencionado, la tendencia a padecer de ojo seco incrementa notablemente con la llegada del calor, ya que la oxigenación del globo ocular puede verse dificultada. No olvides beber abundante agua y utilizar productos humectantes como gotas y sueros para mantener tus ojos en perfecto estado. Parpadear a menudo también ayudará a conseguir esa hidratación.
En definitiva, en cualquier época del año es importante prestar especial atención a nuestros ojos, pero esta relevancia se incrementa con la llegada de las altas temperaturas.
Si a pesar de haber seguido estas indicaciones presentamos inflamaciones, molestias o cualquier otro síntoma que indique que algo no va bien, debemos consultar a un profesional óptico-optometrista para que identifique el origen de estos y nos recomiende el tratamiento o la solución más conveniente.
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