Belleza

Mirada llena de vitalidad

Los ojos no son sólo un elemento clave en la belleza de un rostro, sino que también constituyen un indicador de nuestra salud y bienestar.

Un viejo adagio mil veces repetido dice que los ojos son el espejo del alma. Sin llegar a analizar hasta qué punto es cierto, nadie puede discutir que los ojos ocupan una posición central en el rostro, revelando claramente nuestro estado físico y anímico. De ahí que sea tan importante ocuparnos del aspecto del contorno de ojos para que diga sólo "cosas buenas" de nosotros.

A la hora de cuidar la piel de la zona ocular hay que tener en cuenta una serie de particularidades que la hacen diferente de la del resto de la cara, especialmente su grosor, ya que es entre tres y cinco veces más delgada. Por este motivo, sus numerosos vasos sanguíneos resultan más visibles a través de la piel, lo que explica la aparición de las ojeras.

Además, el área ocular presenta un total de 22 músculos, catorce de los cuales se activan cada diez segundos para garantizar la hidratación permanente de la córnea, por lo que está constantemente en movimiento. De hecho, se calcula que se realizan alrededor de diez mil parpadeos al día. Si a esto le añadimos que la piel de los párpados contiene menos colágeno, elastina y células adiposas, no resulta extraño comprender por qué es la primera parte del rostro en mostrar signos de envejecimiento cutáneo.

Generalmente, la flacidez del contorno ocular suele ser el primero de esos signos de envejecimiento. Con el tiempo, las fibras elásticas de colágeno se alteran, lo que provoca que el párpado inferior pierda firmeza y se forme una pequeña bolsa. Las primeras arrugas de expresión, por su parte, aparecen en el ángulo externo del ojo formando las conocidas "patas de gallo".

La buena o mala apariencia de la zona del contorno de los ojos es consecuencia, entre otros, de:

1. Factores externos, como el sol, el estrés, la polución, el alcohol y el tabaco.
2. Las expresiones faciales, que dejan su huella en la zona ocular en forma de arrugas.
3. La sequedad y deshidratación de la piel. La piel alrededor del ojo es más seca porque contiene menos glándulas sebáceas, y cuando la piel está seca las arrugas son más visibles.
4. La genética, aunque no es tan importante como los factores externos.

Si quieres que tu mirada rebose de vitalidad, no tienes más que seguir estas sencillas recomendaciones:

Protégete del sol
Sin lugar a dudas, la sobre-exposición al sol es uno de los mayores enemigos de nuestra piel. El efecto acumulativo del sol produce arrugas, pecas, manchas y sequedad, además de incrementar el riesgo de cáncer. Para evitarlo, procura no tomar el sol en las horas centrales del día, utiliza sombreros, gorros y viseras, aplícate crema protectora y, lo que es más importante, no salgas de casa sin tus gafas de sol.

Sigue una dieta sana
La alimentación influye de manera notable en la apariencia de nuestra piel. La clave es apostar por una dieta variada y saludable con abundancia de frutas, vegetales, cereales integrales, proteínas magras y otros alimentos ricos en antioxidantes y ácidos grasos esenciales. Además, conviene seguir las siguientes recomendaciones:

  • Bebe al menos entre ocho y diez vasos de agua al día para mantener la hidratación de la piel.
  • Controla el consumo de sal, ya que provoca retención de líquidos.
  • Evita las bebidas frías y las bebidas gaseosas.
  • No consumas estimulantes como la cafeína y el alcohol.No te excedas con el azúcar.
  • Evita la carne roja y las comidas fritas.Incluye en tu dieta alimentos ricos en hierro y vitaminas, especialmente vitamina E y K, que mejoran la apariencia de la piel.
  • Los alimentos que contienen potasio, como los plátanos, ayudan a eliminar el exceso de fluidos en tu cuerpo.

Duerme ocho horas diarias
Algunas personas sostienen que un sueño reparador es el mejor tratamiento de belleza. En efecto, mientras dormimos se relajan los músculos de la cara, lo que, unido a la ausencia de expresiones faciales, contribuye a suavizar las arrugas. Además, el hecho de encontrarnos en posición horizontal también contrarresta el efecto diario de la gravedad en la piel.

Controla el estrés
El estrés, la ansiedad y la depresión, además de provocar insomnio y fatiga, deterioran la apariencia de la piel y la vuelven más sensible y vulnerable. Aunque resulta más fácil de decir que de hacer, lo mejor es tratar de controlar el estrés y descansar cuando sea posible, especialmente durante la menstruación en el caso de las mujeres.

Evita hábitos no saludables, como el tabaco
Hábitos poco saludables como fumar también afectan negativamente a nuestra piel. En concreto, el tabaco estrecha los diminutos capilares en las capas más externas de la piel, disminuyendo el riego sanguíneo. Esto priva a la piel de oxígeno y nutrientes importantes, como la vitamina A. El tabaco también daña el colágeno y la elastina, fibras que proporcionan fuerza y elasticidad a la piel. Además, las expresiones faciales cuando fumamos, como entrecerrar los ojos por culpa del humo, pueden contribuir a las arrugas.

Frena bolsas y ojeras
Nada estropea tanto la apariencia de nuestro rostro como la presencia de ojeras y bolsas, que nos envejecen y nos hacen parecer cansados.

Con la edad o la fatiga, la microcirculación sanguínea y linfática en el contorno del ojo se va haciendo cada vez más lenta, lo que, unido a que la piel es mucho más fina en esa zona, se traduce en una apariencia más oscura. Ese tono entre azul oscuro y negro de las ojeras es consecuencia del estancamiento de micro-residuos sanguíneos en los vasos capilares. Las ojeras, por su parte, pueden estar provocadas por la acumulación excesiva de fluidos o la presencia de grasa localizada o pueden tener un origen genético.

Entre los factores que influyen en la apariencia más o menos marcada de las ojeras y las bolsas, se encuentran una dieta deficiente en ciertos elementos nutricionales, un exceso de consumo de sal, las alergias o el lagrimeo excesivo, el estrés o la falta de sueño, la sobreexposición al sol, los problemas hormonales o de retención de líquidos y el propio proceso natural de envejecimiento, que adelgaza la piel circundante, haciendo más visibles los vasos sanguíneos.

Qué hacer

  • Procura dormir boca arriba con una almohada que haga que la cabeza esté más alta que el resto del cuerpo.
  • Utiliza un antifaz relajante ocular, de los que se guardan en el frigorífico, durante veinte minutos.
  • Si sufres un problema alérgico, consulta con tu especialista, que te puede recomendar el uso de gotas oculares.
  • Aplica compresas frías sobre los párpados.

Si ninguno de los remedios anteriores funciona, existen otras opciones como los tratamientos despigmentantes, el aceite de rosa mosqueta, las cremas blanqueadoras o los peelings faciales.

Si utilizas crema para el contorno de ojos…

  • Deben estar especialmente formuladas para su uso en esa zona.
  • Consulta los ingredientes, ya que en ocasiones contienen fragancias, alcohol y otras sustancias irritantes.
  • Asegúrate de que incluyan compuestos hidratantes, como la glicerina o el ácido hialurónico, que mejoran el aspecto de la piel y disminuyen las ojeras.
  • Procura que su formulación contenga ingredientes fotoprotectores.
  • Evita tomar el sol después de aplicarte la crema para las ojeras, ya que puede contener retinol, que aumenta la fotosensibilidad de la piel.
  • Aplícalas con un toque leve, sin presionar demasiado. Lo mejor es extender la crema con el dedo anual efectuando movimientos circulares alrededor del ojo de dentro hacia fuera.
  • Elige antiarrugas específicos para tu grupo de edad y que contengan vitamina K, vitamina E y retinol.
  • Evita las formulaciones demasiado grasas, ya que pueden obstruir los poros y provocar irritaciones.
  • Consérvalas en la nevera.

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